viernes, 11 de noviembre de 2011

Para tí, mi abuela...


Te fuiste y no me quise despedir porque sigues presente en mi vida.
Me miro al espejo y veo tu misma fortaleza, esa que siempre me inculcaste como buena mujer.
Aquellos secretos y charlas compartidas que me vienen a la memoria y que me hacen recordarte como las alegrías plantadas en la azotea.
Y ese cuento que me narrabas cada noche en el pretil de la casa de mi infancia.
Siento aun esa complicidad que a ojos de los demás dejaba entrever la afinidad de caracteres.
Perú te lloró la noche que te fuiste y México te recuerda con los platos que con tanto cariño me enseñaste a cocinar.
Te describía mis historias por el mundo y tú me contabas los recuerdos de aquella época de juventud en la Extremadura rural.
Y mi recuerdo contigo en ese salón dando mis primeros puntos de ganchillo, embadurnado de confesiones y felicidad que nos daba compartir juntas un contexto de novela… novelas que como la vida misma plasman la realidad de los vaivenes del destino y que tú, siempre de negro, me enseñaste a superar en el cobijo de las sonrisas.
Agarrada dela mano me llevas por ese camino de la vida. Miro mi mano y encuentro una estrella que me dice que bajó del cielo para que tu corazón subiera.

martes, 8 de noviembre de 2011

¿Me deseas?

Te deseo y no quiero desearte

Porque quiero desearnos juntos para abrir ese cielo que nos espera a los dos unidos

Te deseo por el recuerdo de tu presencia,

Te deseo por tu sinceridad, por tu amabilidad y por tu sonrisa de buenos días,

Te deseo en un contexto de complicidad que alarga su existencia con las palabras.

Te deseo en el recuerdo de un placer inconcluso,

Te deseo en el ritual individual

Te deseo en el leer de tus pensamientos

Te deseo en la alusión a esa mermelada de fresa que me atrapa por las mañanas.

Te deseo por tus deseos de atracción hacia mi ser, hacia mis palabras y hacia mi cuerpo.

Deseo el reencuentro y el mar,

Deseo ese espacio de la cocina donde llegaré a tí,

Deseo la invocación de esa pasión que te piensa cada vez que le pongo nombre.

¿Me deseas?

Deseo esa pasión irreal y buscada con cada palabra de tu relato.

Te deseo en las normas escritas de una atracción viva con la que duermes y con la que me despierto.

Te deseo en mi habitación cegada por el sol que invade los cristales de un amanecer tímido y pensado para ti.

Y una pregunta: ¿Me deseas?


MIS CINCO SENTIDOS

Huelo la brisa del mar que nos acoge en su seno,

Escucho las suaves caricias del deseo contenido,

Toco el placer junto a ese desconocido de las palabras,

Veo esa sonrisa que me regalas en un momento de sinceridad,

Saboreo el dulzor de tus besos.



Y no quiero despertar aún…

Pero ya huelo el té recién hecho,

Escucho tu susurro de buenos días,

Toco las sábanas que anoche nos cubrieron de amor,

Veo los rayos de sol que me quieren llevar al cielo nuevamente,

Saboreo ese abrazo que dice “quédate conmigo…”.



Y quiero volver a ese sueño en el que eres mi príncipe azul…

Porque ya huelo el café que te dejará despierto toda la noche para hacerme el amor,

Porque ya escucho el cantar de tus susurros de pasión,

Porque ya toco el anochecer que trae mi descanso junto a ti,

Porque ya veo tus ojos que se encienden cuando me desnudas,

Y porque saboreo cada parte de tu cuerpo vibrante que tiembla con mis caricias.

La riqueza en la pobreza

La mirada ida hacia un infinito del que ni siquiera quieren saber,
Un mundo encima de ellos, portado con el más cálido de los cuidados,
Cuidados que hace tiempo que ellos no disfrutan.
Una pareja que pide junta, sentados como dos árboles que miran crecer sus ramas.
Aquel hombre que va con su mayor tesoro, una bicicleta… esa que seguramente le lleve a un mundo mejor.
Ese niño que sin preguntar ayuda, obviando el roto de sus zapatillas…
Y el razonamiento de esa mamá que sólo sabe la lección de la vida de la calle.
Fortaleza es la única palabra que ahora viene a mi mente para pintar el mensaje de su mirada.
Una mirada tímida por el recuerdo de una vida mejor,
Unos ojos agotados que aun así despiertan la chispa de la felicidad con algo inusual,
Unos rasgos cansados por el poder de la riqueza, que los lastime sin que ellos sepan cómo defenderse.
Un mundo por conocer y un camino que se quedó a un lado de esa ribera cercana al mar y a las estrellas.

Valentía es lo que a ellos les sobra, como al príncipe de los cuentos de hadas.  

jueves, 3 de noviembre de 2011

Te Pienso...

Quiero sentir tus manos porque ya sentí tus palabras.
Quiero sentir tus labios porque ya me llegó tu sonrisa.
Quiero sentir tu cuerpo porque ya accedí a tus insinuaciones.
Quiero y no puedo…

No puedo tocarte, no puedo acariciarte, no puedo besarte, no puedo tenerte, no puedo hablarte, no puedo sentirte, no puedo olerte, no puedo…
Sólo puedo leerte, puedo escribirte, puedo buscarte, puedo pensarte…
Quiero y pretendo presenciarte a mi lado.

Te pienso y no dejo de acertar si será mutua y recíproca esa sensación de afinidad conversa.
Te pienso y no quiero cerrar el pensamiento a un mar abierto que está por llegar.
Te pienso y no obligo a mi sonrisa a que cese ese juego que tiene con tu mirada irreal.
Te pienso porque me piensas.
Te pienso porque te reencuentro en mi sueño como compañero de ese teatro para dos.

Te encuentro en el camino de las palabras y los relatos.
Te encuentro en mi ilusa proyección hacia ese mar de los pecados.
Te encuentro y desapareces en el tiempo.
Te encuentro en un espacio de tierra que nos une en la distancia.

La distancia traerá de nuevo el momento oculto del ritual de la pasión individual.
Y tiempos y espacios distantes…
Pero el recuerdo de ese mar me hará cobijar aquella esperanza que una vez conseguimos avivar.